El secretario general de Solidaridad más Igualdad en el Frente Grande y representante designado por la Argentina ante la OEA planteó que “hay que discutir la colonización cultural de la sociedad argentina, que nos lleva a tener que fundamentar la necesidad del impuesto a la riqueza”

El embajador designado por argentino ante la Organización de los Estados Americanos, Carlos Raimundi, analizó la posibilidad de cobrar el impuesto a la riqueza y el costado simbólico de la discusión. «Los empresarios aducen que han reducido sus ganancias. Y lo han hecho porque el trabajador en cuarentena no puede ir a trabajar. Quiere decir que el que verdaderamente produce la ganancia es el trabajo del trabajador».

Carlos Raimundi consideró que “no tendría que haber una discusión en cuanto a que si hay fortunas multimillonarias, que acumulan dinero de una manera tan irracional, no sólo en la Argentina sino en el mundo, un dinero que les permitiría vivir cómodamente cien vidas”, se les pueda cobrar un impuesto.

«Me parece que esto no debería estar en discusión, cuando una parte de la sociedad tiene ese tipo de riqueza concentrada, y al mismo tiempo tenemos miles de familias que tienen problemas para recibir la bolsa de alimentos, la vianda, en este mismo momento y reconocido por las propias autoridades, y un gobierno que se está desviviendo en la nación, en la provincia de Buenos Aires por asistir a la pequeña y mediana empresa, a los monotributistas, a las familias sin ingresos», sostuvo.

Raimundi remarcó que «al mismo tiempo, en un ratito, se les baja el 25 por ciento del salario a los trabajadores. Un tipo como -no digo Tosco o Saúl Ubaldini- sino un tipo que no era santo de mi devoción, como José Ignacio Rucci, no hubiera aceptado una baja de salarios. Lo podríamos criticar por otras cosas, pero no por ir a una reunión y salir satisfecho de que aceptó una baja del salario porque de lo contrario iban a quedar en la calle miles de trabajadores. Eso marca un retroceso en nuestra conciencia como sociedad, y marca la necesidad de analizar profundamente si no estamos tremendamente colonizados desde el punto de vista cultural, que naturalizamos estas cosas».

En la discusión sobre quién cede en sus ingresos durante las situaciones de crisis, Raimundi señaló que “hay un costado económico y otro simbólico. Hay que atacar ahí. Hay sectores que están escandalizados con este impuesto, pero no están informados debidamente de que hay países europeos hipercapitalistas que aplican una presión tributaria sobre las grandes fortunas, que es el doble o el triple de la que pretende aplicar la Argentina. O esos mismos países capitalistas europeos –me refiero a Holanda, países nórdicos, la propia Alemania- que están diciendo que el Estado no va a asistir a aquellas empresas que se corrobore que tienen dinero depositado en paraísos fiscales. Y acá nos parece un escándalo».

Remarcó que, el que verdaderamente produce la ganancia es el trabajo del trabajador. «El que verdaderamente produce las ganancias de las grandes cadenas de comercialización es el consumidor. El que produce la ganancia de los bancos es el ahorrista. Y sin embargo el negocio, la especulación, la concentración de riqueza, la hacen el banquero y los dueños del capital y no los que verdaderamente producen la riqueza«.

Respecto a la actuación del gobierno, Raimundi opinó que «está recibiendo presiones tremendas y creo que está actuando con solvencia. Es un gobierno que les está diciendo a los acreedores del mundo que no les va a pagar por tres años, y que no está dispuesto a hacer ajuste social para pagar una deuda inmoral; cuyo bloque de legisladores va a tratar un impuesto a la riqueza y va a conformar una comisión bicameral para investigar la deuda. Un gobierno que está pagando salarios, congelando cuotas de créditos, congelando tarifas. Está acometiendo una acción social importantísima».