El secretario general de la OEA recibió duros golpes en los últimos días. Los países que integran esa entidad no apoyaron su pedido de aplicación de la Carta Democrática contra Venezuela y aprobaron evaluar su conducta. A eso se sumó que Mujica y Vázquez, lo criticaron con dureza. Opina: Carlos Raimundi.

Diario Contexto. Junio 25, 2016.

Por Héctor Bernardo

Tras haber expuesto su juego en función de los intereses de Washington, al pedir la aplicación de la Carta Democrática contra Venezuela y llamar “dictadorzuelo” al presidente Nicolás Maduro, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, recibió una serie de golpes que comenzaron a desarmar su estrategia. 

 

Por un lado, los países que integran la OEA no apoyaron el pedido de Almagro que pretendía aplicar de la Carta Democrática contra Venezuela. Como contra parte,  por pedido de la canciller Delcy Rodríguez, aprobaron revisar el proceder del secretario general de esa organización. 

En una de las últimas reuniones de la OEA, la canciller venezolana enfrentó abiertamente a Almagro y le dijo: “Usted es promotor del golpe de Estado y actúa a favor de sectores de derecha que pretenden obtener el poder por la vía inconstitucional”.

Además de este duro revés que le dio la propia institución que conduce, los dos máximos referentes del Frente Amplio de Uruguay, partido al que pertenece Almagro, realizaron duras declaraciones respecto a su accionar y le quitaron su apoyo.

José “Pepe” Mujica escribió una carta pública en la que le dijo a Almagro: “Luis sabes que siempre te apoyé y promoví. Sabes, que tácitamente respaldé tu candidatura para la OEA. Lamento que los hechos reiteradamente me demuestren que estaba equivocado. No puedo comprender tus silencios sobre Haití, Guatemala y Asunción, al mismo tiempo publicas carta respuesta a Venezuela”.

“Todos sabemos que Venezuela es reserva petrolera para los próximos 300 años. Allí radica su riqueza y su desgracia, porque Estados Unidos es adicto al petróleo y sus intereses presionan y cómo. También esto hizo posible la deformación sociológica de acostumbrarse a vivir de la renta petrolera y terminar importando hasta lo elemental, el grueso de la comida”, agrega.

Por último, en su la carta, el ex presidente uruguayo aseguró: “Venezuela nos necesita como albañiles y no como jueces, la presión exterior solo crea paranoia y esto no colabora hacia condiciones internas en esa sociedad (…) Lamento el rumbo por el que enfilaste y lo sé irreversible, por eso ahora formalmente te digo adiós y me despido”.

Por su parte, el presidente Tabaré Vázquez aseguró: “No estamos, y lo digo en forma personal, de acuerdo con la actitud que ha tomado el secretario general Almagro. Ya lo hemos dicho estando en la Unasur y en la presidencia pro tempore del Mercosur”,

Luego remarcó: “Para mí no hay cambiado nada y yo a fines de julio voy a transmitir la presidencia pro tempore al presidente Maduro. El Mercosur debe ayudar todo lo que podamos sin herir la autodeterminación del pueblo venezolano para definir sus temas internos”.

En diálogo con Diario Contexto, Carlos Raimundi, ex diputado nacional, analista político y experto en relaciones internacionales, señaló: “Si hay algo en lo que ha sido contradictorio el Frente Amplio es en la política exterior. No hay homogeneidad doctrinaria en el Frente Amplio. Eso se expresa en la actitud de Almagro, pero  creo que si Danilo Astori hubiera estado en la misma posición también hubiera actuado de la misma manera. En el caso de Almagro es un poco sorprendente porque, cuando fue canciller de Uruguay, no pertenecía al ala más conservadora. Hay una transformación en Almagro a partir de su estadía en Washington”.

“Afortunadamente, los dos referentes más importantes del Frente Amplio que son sus dos presidentes, Tabaré y Mujica se expresaron contundentemente. También la votación en la OEA contradijo la iniciativa de su propio secretario general. Por lo cual la posición de Almagro quedó desenganchada, disonante, inarmónica con la posición mayoritaria de los estados latinoamericanos. Esto no implica que tengamos que hacer una lectura romántica de esta votación, la situación es delicada. Pero lo que hay que hacer es un llamado al diálogo entre las partes”, agregó. 

Por último, Raimundi remarcó: “Esto también da cuenta de lo gelatinoso que es la OEA. Los mecanismos la Celac y la Unasur son más consistentes que la OEA, que ha tenido secretarios generales que han dejado mucho que desear, como el caso de José Miguel Insulza o el de Almagro en este momento”.

 

 

 

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