Hilo de tweets de Carlos Raimundi a propósito de la presentación del libro "Sinceramente" de Cristina Fernández de Kirchner.

 

 #CristinaEnLaFeria

En primer lugar rescatar el tono acorde con la necesidad de reordenar un país al que @CFKArgentina como presidenta va a encontrar, con sus estructuras financieras derruidas y con necesidades sociales mucho más acuciantes que las que había en diciembre de 2015.

Es decir, el tono tiene que ver con la necesidad de encontrar herramientas para la reparación.

La cita al Perón del año 73 no es casual. El Perón del 73 no era el del 55. América Latina tampoco. Perón miraba alrededor, y tenía a Pinochet, a Stroessner, a Banzer en Bolivia, a Bordaverry en Uruguay y una dictadura en Brasil.

Si Cristina mira a su alrededor ya no tendrá a Lula, a Chaves, a Correa y Mugica. Y eso hace más necesario aún, construir herramientas de consenso interno ante la falta de aliados regionales.

Lo central fue la idea de un contrato social, donde apela al sentido común de aquellos empresarios que entiendan que para que recuperen sus ganancias tiene que existir un mercado interno poderoso.

Creo que el tono hace insostenible para todo aquel periodismo mezquino, mentiroso, interesado la idea de que Cristina es responsable de una fractura insalvable en nuestra sociedad, debemos darnos cuenta de la falsedad de esos juicios.

Quienes decían que este libro era la antesala de un futuro ministerio de la venganza, quedan al descubierto, siendo ellos los que promueven una sed de venganza que el pueblo argentino no está dispuesto a protagonizar.

La Cristina de siempre, es la que dijo que no es neutral. Que siempre estará a favor de los humildes, de los necesitados.

La idea de un contrato entre ciudadanos responsables estuvo simbolizada desde el inicio de la reunión con el semblante de la misma: Cristina rodeada de dos personas que pertenecen a un universo diferente del kirchnerismo clásico, y sin embargo pueden entenderse

Cristina no dejó de desmentir a la cultura dominante. Los tildados de planeros, redujimos los planes a la décima parte y los que nos acusan, los duplicaron.

Nosotros los acusados de la posibilidad de incendiar el país, fuimos quienes siempre pagamos las deudas contraídas por quienes nos acusan

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