Veamos si hay relación entre los acontecimientos que le está tocando atravesar a la Argentina en estos momentos.

El fallo de Griesa, ¿se trata de la locura de un juez, de un hombre mayor que esta senil, contra el resto de la humanidad? ¿O hay alguna racionalidad? Yo creo que hay una racionalidad; perversa, pero la hay. Hay un punto que es estrictamente monetario, y se refiere a quien invirtió 48 millones de dólares y hoy quiere cobrar 1500 millones. Desde luego que ahí hay una razón que, además, quieren utilizarla como precedente para que el resto de los que no ingresaron al canje sigan el mismo camino. Quiere decir que hay un interés financiero.

Pero a mí me parece que hay un marco político fuerte detrás de todo esto.  Porque no en vano, son los mismos grupos que financian en los países dependientes a sectores opositores, que han financiado las políticas de desestabilización en medio oriente, y que financian a través del Tea Party, a los sectores más recalcitrantes de la derecha estadounidense, que está muy vinculada con las empresas de petróleo y con el comercio de armas.

Y que están tratando de emerger de una crisis, porque indudablemente el capitalismo financiero, al que Cristina llama ‘anarco-capitalismo’, está en una crisis. ¿Cuáles son los factores de esa crisis? No es la escasez de recursos financieros, porque estos existen en abundancia. La crisis proviene de cómo sostener un nivel tan irrespirable de concentración. Y por eso, se van quedando sin socios políticos (Europa, América Latina, parte de los propios EE.UU.). Y el otro aspecto de la crisis es cómo controlar, desde aquella abundancia de recursos pero con endeblez política, cómo controlar –decía- los escasas reservas de combustible y recursos naturales. Y para eso deben avanzar sobre las soberanías nacionales.

En este marco aparece esta reunión de los BRICS, y los recientes acuerdos estratégicos con Rusia y los que en los próximos días se firmarán con el Presidente Xi Jimping de China. ¿Por qué su importancia crucial? Porque indica la aparición de un nuevo actor mundial, un nuevo espacio en el balance energético de la Humanidad, de modo de impedir que aquellos grupos se queden con todo, como lo hicieran con el petróleo libio, y el gas de media Ucrania, hasta que Rusia les pusiera un fuerte límite.

Bueno, hoy hay un nuevo actor, que es este consenso que han generado Rusia, China, Brasil, los países emergentes, que están poniendo límites. Que están generando lo que ellos llaman la “ruta de la seda” que es toda una ruta energética polimodal, de grandes inversiones en infraestructura para conectar con Europa y Medio Oriente. Y están muy avanzados en el proyecto para financiar un nuevo canal entre el Pacífico y el Atlántico a la altura de Nicaragua.

De aquí que es tan importante que la Argentina, Brasil, toda nuestra región, UNASUR que hoy estará en la reunión, se conecten claramente con este espacio. Tratando de prevenir, eso sí, de no reiterar la relación centro-periferia que tuvimos con los imperios británico y estadounidense, a través de fuertes acuerdos regionales. Pero será de vital importancia acudir a una fuente de financiamiento alternativa como el flamante Banco de Desarrollo de los BRICS, con autonomía de la decisión hegemónica de los EE.UU., que comenzará a operar en poco más de un año.

Todo esto no es abstracto. Los oyentes de este programa, como militantes con muchísimo criterio, debemos encargarnos de traducir, de conectar este plano internacional con el financiamiento de nuestro desarrollo energético en el Atlántico Sur, en Vaca Muerta, de nuestros yacimientos de gas, de litio, de nuestro acuífero que es el tercero en América Latina. Y a través de ello con nuestra calidad de vida cotidiana, nuestra salud, nuestras escuelas, nuestras fábricas. Todo esto conecta con nuestra vida cotidiana.

Termino con lo siguiente: ¿es ajena a todo esto la situación de la Franja de Gaza? No. Porque estos intereses de la extrema derecha necesitan un Medio Oriente en conflicto permanente, por un lado para vender sus armas, y por otro, para justificar las invasiones y el control político, la ausencia de soberanías.

Hasta hace apenas 25 días, la excusa de Israel era que Palestina no ofrecía un interlocutor unificado, por cuanto la organización Hamas controla la zona de Gaza y el área de Cisjordania está bajo el gobierno de Al Fatah y la Autoridad Nacional Palestina. Cuando ellos llegan a un acuerdo y unifican personería, aparece el desde luego condenable asesinato de tres niños israelíes, que sirve como pretexto perfecto para justificar estos ataques infrahumanos, que sirven para sostener el grado de radicalización del conflicto y alejar la posibilidad de una salida pacífica y humanitaria.

En definitiva, el tema de Irak, el conflicto general de Medio Oriente, ahora agravado por estos atentados del gobierno de Israel contra la humanidad, que ahora sostienen con bombas, pero que habitualmente se sostienen, por ejemplo, negando el agua potable a las familias palestinas, son crímenes contra la propia condición humana en pleno siglo XXI. Y se conectan, en términos de intereses, con los grupos financieros de los cuales el juez Griesa es sólo uno de sus engranajes.

No hay irracionalidad en todo esto; hay una lógica que conecta todas estas cuestiones de la Humanidad, entre los grupos de poder, que quieren ver desangrarse a las soberanías populares, y los que seguimos defendiendo acá, en Medio Oriente y en las distintas regiones del planeta, el derecho de los pueblos a vivir con dignidad.